Interacción
La utilización de las nuevas tecnologías, como la de la
información y la digital, desencadenan la aparición de un mundo de nuevas
posibilidades expresivas, entre ellas la interacción, la interacción con
objetos o con espacios virtuales.
“El mundo de la tecnología, en especial la tecnología de la
información, ofrece diversas posibilidades para el arte debido a los nuevos espacios
sensoriales que ofrece la naturaleza de la obra de arte digital, la cual
podemos colocar dentro del orden de lo virtual”[1]
La gran novedad de los nuevos medios es la capacidad de
realizar un escenario virtual, acercándose por mucho a la expresión de dar vida
a una imagen, podemos tener la certeza de que no hay vida dentro de la imagen, como también
podemos asegurar que esa imagen simula tener vida. Ésta nueva vertiente o
disciplina artística parece sacada de una novela de ciencia ficción, pero es
uno de los tantos cambios propiciados por la tecnología de la información.
En la obra de Catherine Ikam se hacen presentes estos cambios,
que hacen de la percepción de la imagen una nueva experiencia. http://www.finearttv.tv/en/fine-art/digital-art/catherine-ikam-and-louis-fleri-digital-diaries.
Una nueva experiencia que se basa en la interacción de una simulación en tiempo
real.
“Ese nuevo régimen de visibilidad al que se refería Virilio
es aquel que integra técnicas de representación en tiempo real y modifica la percepción
sensorial”[2]
Los rostros de Catherine Ikam presentan características
propias que ella misma ha creado a través del método de cyberware[3],
que es un scanner que puede captar la información de un volumen en el espacio.
A estos rostros los ha programado para que reaccionen con los gesto de un
espectador. El espectador al mirar el monitor, que es un espacio simulado, se
encuentra con un rostro que imita sus gestos. El gran paso de los nuevos
medios, tener un imagen que se mueve e interactúa en tiempo real. Esto reconfigura
nuestra percepción del espacio y de identidad:
“El cuerpo como imagen antropomórfica de síntesis,
construido en base en un deseo y voluntad propia y que, a su vez, desencadena
una reconstrucción sobre la idea de identidad en la era digital, una identidad
que deambula entre lo vivo y lo artificial….La tecnología es el medio para hacer
nuestras fantasías reales.”[4]
La obra de Ikam “el
otro “se ha convertido en una innovación dentro de las artes visuales. Ésta
artista francesa, tiene una formación en pintura y cine de animación, y fue
impulsada por Naim Jum Paik para incursionar en el video arte.
Su trabajo “el otro” desencadena reacciones inquietantes
dentro del espectador, una reacción diferente la que se tendría al percibir un
pintura o una escultura tradicional, sobrepasa por mucho las posibilidades de
la pintura y la fotografía. Éstas generan una melancolía por la representación
del momento capturado, un instante que ya no está, un recuerdo, una marca de
algo que surge a través de la contemplación de un lugar, un paisaje, un rostro
ausente. En el arte de Ikam, la melancolía no tiene nada que ver con un momento
fugaz, si no que es generada a través de la relación entre lo virtual y lo
real, el mundo análogo y el mundo digital, y que esa melancolía simplemente se
remite al tiempo real:
“La melancolía es el espacio que surge entre la imágenes análogas
y la imágenes digitales…por lo tanto, podemos catalogar el trabajo artístico de
Ikam… que juega con la confusión posible…entre lo real y lo virtual entre orgánico
y lo inorgánico.”[5]
La tecnología de la información modifica nuestras vidas. Modifica
el espacio, la distancia, nuestra relaciones interpersonales, el concepto de
individuo y globalidad. En nuestro caso es el arte el que está sufriendo un
cambio. Muchos podrían pensar que este cambio viene desplazar a la pintura y
las artes tradicionales, pero mi creencia es que la pintura solamente
desaparecería cuando los humanos evolucionemos más allá de nuestro cuerpo, y
así no solo desaparecería la pintura, si no muchas cosas más.