jueves, 18 de junio de 2015

Empezaré desde donde me quedé. Cuando entré al taller de producción, yo quería hacer objetos, como juguetes, que siguieran el principio de persistencia retiniana. un día llegué con mi cajita de zapatos en la cual yo traía u motor que habia fabricado. Empecé haciendo un motor, un experimento sencillo de física, que al  mismo tiempo era un tuamatropo. Yo lo llamaba el moto-taumatropo. Yo quería ir por el lado de ilusión óptica. Así que diseñé una especie de molino que giraba. Al final, encontré resultados inesperados, pero me di cuenta que no era lo que estaba buscando.



Así empecé a creer que era un artista del movimiento. Revisé el trabajo de artista cinéticos, como Jesús Soto y Cruz Diez. Por un momento quise dedicarme al ilusionismo, ser una especie de mago, un artificie. Tomando de base una pieza de Jesús Soto, diseñé un molino que se conectaba a un motor. Con la ayuda de un circuito de luces intermitentes trataba de lograr la ilusión de la persistencia retiniana. Los resultados fueron inesperados, a veces lo improbable nos sirve para el desarrollo de nuestro trabajo.  



Siguiendo el principio del movimiento, y por querer relacionar todo mi cuerpo de obra; quise hacer una obra que girara en torno al recorrido. Ya que me sentía en constante movimiento, no me podía mantener en un lugar fijo durante mucho tiempo. Tomando como base el recorrido como medio de expresión decido tomar un recorrido que hago repetidas veces. El viaje que hago de Cuernavaca a D.F., se trataba de recolectar objetos, tomar registro de rastros de recorridos y de presencia e algún asentamiento humano. La parte importante y esencial de esta etapa del proceso es la conformación de una bitácora. Con dibujos, fotos, recortes, anotaciones de impresiones y frases empecé a implementar el uso de una bitácora.






Fue así que salí a caminar a la carretera. Des pues me di cuenta que no era lo mío estar deambulando solo por el campo. Siguiendo la deriva situacioncita y la flanerie dadaísta, quería sustentar esa empresa, decidí que la deriva puede efectuase en la ciudad. También en la ciudad se pueden encontrar objetos. El objetivo se convirtió encontrar objetos que hablaran de la ciudad. Con esos objetos quería mostrar la psicogeografia del lugar, objetos que hablen sobre los acontecimientos que suceden en un determinado lugar. Empecé a registrarlos en mi bitácora.



Después me di cuenta que la elección azarosa podía efectuarse casia cualquier objeto. Así que empecé a dibujar objetos de mi casa y de la escuela, de los espacios en los que me desenvuelvo. Dentro de la bitácora empecé a mezclar esas imágenes junto con palabras. Una de las cosas muy importantes del proceso y que fue determinante para el surgimiento de esta serie, fue que empecé a recolectar frases. Gracias a ello pue darle forma a algo que siempre estuvo ahí pero que tardaba en encontrar.







Es como se conforma el proyecto. Éste, consta de la recopilación de frases que hacen alusión a una actitud frente a la vida, combinándolas con imágenes de objetos que son comunes en los espacios en los que suelo desarrollar mis actividades diarias como estudiar, trabajar y vivir. Las frases son sacadas de libros, de poetas, proverbios populares, filosofía zen, de personas que he escuchado decirlas. Los objetos, como he dicho hace un momento, son objetos cotidianos. Creo que el arte es un estilo de vida, y en ese estilo de vida se crea un personaje. En la vida real también se crean personajes, nos la pasamos creándonos un personaje para enfrentar las situaciones que nos pone la vida diaria. Esta situación puede ocurrir de manera inconsciente o consciente. De esta manera, con la obra, pienso proyectar una actitud frívola y a la vez profunda, que sea honesta pero al mismo tiempo cínica.   













A partir de módulos, que son cada bastidor de 21.59cm por 27.94cm, pienso conformar una pieza en forma de calendario, uniendo cada composición con la otra. La obra la constituirán 30 módulos. 


jueves, 26 de marzo de 2015

Reflexiones en torno al paisaje
…cuando Carducci dice “el silencio verde delos campos” está diciendo algo tan cerca y tan alejado de la realidad inmediata como si dijera “el silencio de los verdes campos”…
Jorge Luis Borges
Si te alejas de la ciudad y te adentras a un bosque; escucharás el silencio. Gracias al silencio escucharás una variedad de sonidos imposibles de percibir en el bullicio de las calles. Alguna vez, dentro de mis recorridos en el bosque creí volverme loco. Recuerdo alguna noche cuando todos estaban dormidos en mi casa y no podía dormir; el silencio penetraba en tus oídos como un zumbido y el crujir de la puerta de madera resonaba en la penumbra. Así, los arboles crujían, se movían y tronaban; en una pausada danza con el viento. Éste, a su vez, se hacía presente con su fuerza; surcando el vacío de un extremo al otro del bosque; haciendo un sonido un poco aterrador y un tanto fascinante. El paisaje rural y el campo me llenan de sosiego. Hablar de paisaje no sólo se trata de encontrar la mejor vista; el paisaje no tiene que ver sólo con mirar.
Busco un punto y me establezco; un punto lo suficientemente alto para que el ambiente cambie. Aquí, el viento tiene más fuerza, es mucho más frío y el ruido del follaje de los arboles es más nítido; los helechos y los matorrales también. A lo lejos se escuchan los perros y los balidos de una cabra contrastan con el rugido del motor de un tráiler. El paisaje no sólo tiene relación con mirar, no sólo es una vereda, ni una montaña, ni un bosque, ni una ciudad; el paisaje es uno  mismo. El paisaje lo creamos y él nos crea a nosotros.
Desde un punto de vista romántico empecé acercarme al paisaje. Convertirse en paisajista conlleva tener un espíritu aventurero y un afán por los viajes. Encontrar un lugar, cualquier lugar digno de representarse es el resultado de un largo caminar. Así, salí a caminar como hicieron los pintores impresionistas; al aire libre. De esta manera, caminar se convierte en un acto creativo que va de la mano con la contemplación. Entonces, cómo abordar el paisaje sin parecer un antiguo romántico o un impresionista anticuado. Es algo en lo que no me había detenido a pensar sino hasta hoy. En realidad yo nunca quise dejar de serlo.
La ciudad ofrece muchas tentaciones, como negarme a la tentación de probarlas; lo mismo pasa con el arte. Mi mente deambulaba de la misma forma que mi cuerpo divagaba por la ciudad; perdido, en alguna calle de la ciudad; somnoliento, en algún paraíso artificial de esta gran urbe. De igual manera, perdido en diferentes espacios del arte; es como he ido conociendo. Un día creí que era pintor, otros me sentía un fotógrafo; nunca he podido mantenerme en un sólo lugar. Incluso, nunca he vivido más de seis meses en un departamento. Estoy en un sendero y los caminos se bifurcan. Tomo la desviación y los caminos nunca vuelven a encontrarse.
El cambio fue drástico. La ciudad es muy grande; apenas hoy me estoy acostumbrando a su ritmo. El paisaje es muy diferente, y su forma de experimentarlo también. Aquí, en DF nunca pude hacer la pintura al aire libre; la ciudad es tan cambiante que no podía concentrarme. Es difícil encontrar un lugar tranquilo y aparentemente estático. La ciudad siempre está en movimiento, parece que nunca duerme.
Mi historia, es la de un provinciano que vino a la capital a buscar nuevas oportunidades. Mi ciudad natal es pequeña pero muy cercana a la capital. Mi objetivo, entrar en la verdadera competencia y conocer la escena del arte. Para mi sorpresa, esa escena resulto ser un mundo superficial y déspota; aunque eso es lo de menos. Es por eso que en los últimos meses ha empezado a importarme lo efímero y a dedicarme a la contemplación; a caminar, divagar, deambular, vagabundear; a no hacer nada. Para alguien que se encuentra perdido como yo; deambular es el primer paso, me la paso deambulando: en la casa, en la ciudad, en la escuela, en mi mente.
La internacional situacionista de 1957 reconoce el perderse en la ciudad como una posibilidad expresiva de perderse como forma concreta de anti arte.
Es a partir del recorrido por la ciudad y el campo, que hago ver su diferencias y semejanzas; de manera similar a los dadaístas, siendo un especia de flaneur posmoderno.
Flaneur: personaje efímero, rebelándose contra la modernidad, perdía el tiempo deleitándose con lo efímero y lo absurdo en sus  vagabundeos de la ciudad. Dadá eleva la tradición de la flanerie al rango de operación estética.
Ha diferencia que haré también recorridos por el campo.
Por medio de la deriva, la manera situacionista, y con una orientación hacia lo efímero conformaré una bitácora.
Se acuña la nueva palabra le dérive; una actividad lúdica colectiva, propone investigar apoyándose en el concepto de psicogeografía, los efectos psíquicos que el contexto urbano produce en los individuos.

Si es posible retomar la pintura

martes, 25 de noviembre de 2014




Historia del arte cinético
A principios del siglo XX varios movimientos surgieron que exaltaron el movimiento como un valor estético dentro de sus propuestas. De estos movimientos destacan el futurismo, cubismo, constructivismo, dadaísmo,  bauhaus, suprematismo.
Alrededor de 1910, los futuristas italianos hicieron de la velocidad y el movimiento mecánico un ideal estético y moral.” Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad…un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia”. El suprematismo el cual Kasimir Malévich redacta el manifiesto en 1915, se refiere en cuanto a él a un movimiento cósmico, suprasensible, dando a experimentar, a través de sus composiciones, la vibración universal, la excitación de la materia tal que ella se manifieste en cada una de sus partículas, hasta en el movimiento de los planetas.
El manifiesto realista publicado en Rusia por los hermanos Naum Gabo y Anton Pevsner en 1920, inaugura el constructivismo, haciendo del movimiento un medio autentico. La idea de concebir objetos que conjuguen movimiento, espacio y luz en un solo lugar es presentada como portadora del espíritu moderno. Más allá de las teorías que le son ligadas, el empleo del movimiento en las artes encuentra ya su puesta en escena en el proyecto del monumento de la tercera internacional de Vladimir Tatline concebida ese mismo año. Importadas ala Bauhau de Weimar entre 1921 y 1924 con la llegada de nuevos doscentes particularmente Paul Klee, Vassily Kandinsky después Laszlo Moholy-Nagy, las ideas del constructivismo son posteriormente difundidas a través de toda Europa y Estados Unidos.
Naum Gabo, Anton Pevsner, Lazar Lissitzky, Alexander Rodtchenko, ponen su ideas en acción a través de realizaciones pictóricas y volumétricas; el movimiento es a veces significado por relaciones de formas, de colores y de materiales, a veces generado por vibraciones ópticas y éstas mismas concretamente puestas en la obra de Naum Gabo. Desde 1920, Gabo realiza una de las primeras esculturas motorizadas, compuesta de una bola y un hilo girando rápidamente sobre sí misma de tal manera, que con la rotación del hilo, un volumen virtual aparece.

http://mediation.centrepompidou.fr/education/ressources/ENS-cinetique/ENS-cinetique.html